Nervios, incertidumbre, esperanza, y una pantalla de ordenador. Hasta el último minuto la ilusión se resiste. "Mi futuro está en juego", piensas; y el miedo al rechazo te invade nuevamente. Sin pensarlo dos veces, pinchas la lista, esa lista infinita...
Nombres conocidos, sonrisas, más nombres conocidos, y una desilusión. Un nombre, un nombre que te marca allí donde vas, que te acompaña en todo momento, un nombre que no aparece. Lees una y otra vez, buscas y rebuscas, pero el resultado es siempre el mismo. "Quizás no era tan bueno como pensaba", te dices a tí mismo, y con mucho orgullo y resignación, prosigues tu camino en busca de un nuevo sueño.

Unos meses después, la historia de aquel veintinueve de febrero ya perdido en el caminar del tiempo se repite. Pero, quizás por suerte, quizás por méritos, el final no es el mismo. De esta vez sí está ese nombre, ese que te está dando la oportunidad de pasar el que puede ser el mejor verano vivido hasta ahora. Felicitaciones, sorpresas, sonrisas, y la ilusión que vuelve. Ahora ya puedes decir que ha valido la pena, que lo has conseguido.
¡Felicidades!

Destroyed villages, missing people, battles without end.
They are some of the many effects of a war. In places like this, there are no options for the population. Everyone must fight when an armed conflict breaks out. Children, men, women, old people... nobody can escape this situation.
It's gloomy to arrive at an underdeveloped country and see, in every place, no more than destruction. Collapsed houses, bursted cars, all things reduced to rubble, and people, a lot of people dressed in clothes of war, loaded down with firearms, ready to fight. However, the worst face of this history falls on children an woung people, for which it's not an easy way of life.


From childhood, the society teaches them to get by themselves and their neighbours, to kill, to live in a dangerous world.
Now, the question is: should we really allow this situation? Is it fair for children to risk their lives, only because of a political problem? What would you feel in their place?

It's high time that it changes.

Sueño. Sueño con historias encantadas. Sueño con volar, con ser feliz, con ser yo misma. Sueño con vivir, sueño con gritar, sueño con sentir. Sueño que todo es posible. Sueño contigo, con tu sonrisa. Sueño con nosotros, sueño con nuestro sueño. Sueño con soñar. Sueño.

Porque sí, porque soñar es gratis, y la vida se compone de eso, de sueños. Y aunque no hay ninguna razón tangible, siempre se ha dicho que no debemos dejar de soñar. Porque los sueños todo lo pueden, todo lo cambian, todo lo mueven. Y por mucho que la vida se empeñe en estropear nuestras ilusiones, en entorpecer nuestros caminos, en derrotar nuestra lucha; jamás debemos darnos por vencidos, porque, si lo intentamos de verdad, nada ni nadie conseguirá vencernos del todo, nunca.

Mi palabra prometió no abandonar, más allá de alguna lágrima y mil voces. Como dije alguna tarde en mis papeles: aunque el viento sople fuerte, siempre estoy, no hace falta recordarte que recuerdes que te brindo si hace falta lo que soy. Consejera cuando el sueño no aparece y aparecen esas ganas de llorar. Un oído que te escucha aunque amanece, una voz que si estas mal te va a llamar. Te quiero, lo sabes. Estoy siempre no hace falta prometer que cuando tenga que estar, ahí voy a estar.




Me faltan palabras para agradecer tantas y tantas conversaciones, tantas cosas que recibo sin dar nada a cambio. Porque una palabra, una sonrisa, un abrazo, un gesto de amistad, son cosas que no se olvidan. Y aunque en algunos casos, la distancia juega en nuestra contra, os siento aquí, cerca, y nunca dejaré de dar gracias por ello.

...y los días pesan

Y el tiempo pasa, pasa sin tí. Y las horas vuelan, sin piedad, sin mirar atrás. Y los días pesan.
Y tú sigues ahí, inmóvil, impasible, indiferente. Nada parece perturbarte, nada te hace pestañear. Mirada al frente, expresión serena. Y dejas que el mundo gire, que la vida escape, que tu vida muera.

¿Hasta cuando?